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¿Quién se lleva qué? El silencioso deslizamiento de la riqueza en la economía de mercado neerlandesa.

Cómo un solo punto decimal oculta un cambio de décadas en quién se beneficia realmente del crecimiento económico, y por qué todo emprendedor ético debería preocuparse.
28 de julio de 2025 por
¿Quién se lleva qué? El silencioso deslizamiento de la riqueza en la economía de mercado neerlandesa.
Paolo Maria Pavan

Hay cifras que observas. Y hay cifras que te devuelven la mirada.

El Aiq, o Cuota de Ingreso del Trabajo (Arbeidsinkomensquote), pertenece a esa segunda categoría. Este indicador discreto mide qué parte del ingreso generado por la economía de mercado va a parar a los trabajadores, y no al capital. No es un hashtag de moda. No abre tu presentación principal. Pero cuenta una historia que todo emprendedor, legislador y capitalista ético debería saberse de memoria.

Déjame contártela.

Del 81,4% al 69,9%: La lenta caída de la voz del trabajo

En 1995, los trabajadores neerlandeses, empleados y autónomos por igual, se llevaban el 81,4% de todos los ingresos generados en el sector de mercado. Es decir: de cada euro ganado por la economía productiva (excluyendo gobierno, bienes raíces, minería, finanzas, y similares), más de ocho décimos acababan en manos de quienes aportaban esfuerzo humano.

Avancemos hasta 2024, y esa cifra ha caído al 69,9%.

Eso no es una anomalía. Es una reconfiguración del contrato social.

Imagina una mesa en la que diez personas preparan un festín juntas. En 1995, compartían ocho platos entre todas. Hoy, solo se reparten siete; el resto se apila en silencio en una esquina, bajo una etiqueta que dice “beneficios”.

Sí, en 2024 hubo un leve repunte del 0,1% en la cuota laboral, principalmente porque los salarios crecieron un poco más rápido que las ganancias corporativas. Pero no nos engañemos: eso es el clima del día. La tendencia de fondo es erosión.

¿Qué es realmente el Aiq?

El Aiq no es solo una métrica. Es un libro mayor moral.

Nos dice quién participa en la creación de riqueza, y quién se beneficia de ella. Combina:

  • Ingreso del trabajo (salarios + ingresos de autónomos)
  • Beneficios operativos (excedentes empresariales)

Y luego pregunta: ¿qué parte del pastel total va al trabajo?

Si ese número baja, no significa automáticamente explotación, pero sí suele señalar un desequilibrio. Puede deberse a automatización, acumulación de capital, externalización, o economías rentistas. Pero siempre, siempre, refleja un cambio de poder.

Y cuando el poder se desplaza de forma invisible, el riesgo se acumula en silencio.

¿Qué sectores dieron más al trabajo?

Veamos más allá del promedio nacional. Porque los promedios esconden zonas de tensión.

Aquí es donde la cuota del trabajo subió en 2024:

  • Energía: del 37,2% al 51,7%
  • Industria: sube hasta el 62,6%
  • Agricultura, silvicultura y pesca: modesto aumento hasta el 77,1%
  • Alquileres empresariales y servicios de apoyo: ligero alza al 71,2%

El sector energético sorprende. Sus beneficios colapsaron debido a la caída de precios, pero siguieron pagando bien a sus trabajadores. Por eso la cuota laboral se disparó. No es generosidad; es un raro alineamiento entre compresión comercial y compensación social.

¿Quién se quedó más para el capital?

Mientras tanto, la cuota del trabajo cayó en sectores como:

  • Gestión del agua y residuos: fuerte descenso, del 71,6% al 65,6%
  • Construcción: del 77,7% al 75,8%
  • Servicios empresariales especializados: baja al 74,9%
  • HosHostelería: cae del 84,7% al 82,9% pitality: down from 84.7% to 82.9%

En gestión de residuos, los beneficios se dispararon en 4.400 millones de euros, mientras que el ingreso laboral solo subió 200 millones. Ese Aiq no solo cae: queda sepultado.

No se trata de “malos”. Son señales. Cada sector sigue su propio ritmo estructural. Algunos optimizan márgenes con máquinas. Otros exprimen costos para sobrevivir. Pero en todos, debemos preguntarnos: ¿el valor del trabajo humano sigue reflejándose en su recompensa?

El rompecabezas del comercio: desigualdad dentro de lo igual

Incluso dentro de un mismo sector, el comercio,  la historia se fragmenta:

Subsector del comercio Aiq 2024Aiq 1995
Comercio minorista (no autos) 70.9%84.7%
Comercio y reparación de autos 72.0%82.4%
Mayoristas e intermediación 55.2%72.2%

El comercio mayorista se ha vuelto un juego de mucho capital y márgenes mínimos. El minorista aún depende de personas. Y aun así, los tres han visto una caída. Entre 1995 y 2024, la cuota laboral en el comercio minorista bajó 13,8 puntos porcentuales.

No se trata de un debate entre robots y humanos. Es una cuestión de cómo valoramos la contribución humana dentro de ecosistemas cada vez más eficientes.

Perspicacia, no indignación

La caída del Aiq no es un crimen. Pero sí es una pista. Una pista de que:

  • La eficiencia puede estar esquivando la equidad.
  • El beneficio puede estar concentrándose sin escrutinio.
  • Y el capital humano puede estar haciendo el trabajo, sin ver la recompensa.

Para los emprendedores, esto no debería provocar culpa, sino gobernanza. Si tu empresa está ganando más mientras cae la cuota del trabajo, pregúntate: ¿Es sostenible? ¿Es justo? ¿Es inteligente?

Porque lo que se quita en silencio, suele responderse con ruido: huelgas, desconexión, agotamiento o desconfianza social.

Reflexión final: hay que volver a poner la mesa

Si el emprendimiento es el motor de la economía de mercado, el trabajo es su tracción.

No se puede escalar una empresa solo con hojas de cálculo. Detrás de cada margen hay un mecánico, una mente o un momento de servicio. El Aiq nos recuerda que cuando construimos riqueza, también debemos compartir su dirección, no solo sus sobras.

Que este +0,1% sea una pausa. No una palmadita en la espalda.

El verdadero desafío no es ajustar indicadores, sino restaurar la alineación entre quién trabaja y quién gana. 

AUTHOR : Paolo Maria Pavan

Co-Creator of Xtroverso | Head of Global GRC @ Zentriq

Paolo Maria Pavan es la mente estructural detrás de Xtroverso, combinando la perspicacia en cumplimiento con la previsión empresarial. Observa los mercados no como un comerciante, sino como un lector de patrones, rastreando comportamientos, riesgos y distorsiones para guiar la transformación ética. Su trabajo desafía las convenciones y recontextualiza la gobernanza como una fuerza para la claridad, la confianza y la evolución.

Paolo Maria Pavan | Head of GRC at Zentriq