La furgoneta llegó a las 03:47 de la madrugada. Sin logotipo, sin ruido. Un hombre con una sudadera azul dejó dos contenedores negros detrás de nuestra oficina. Cuando salió el sol, ya no estaban. Y con ellos, desaparecieron también tres años de archivos mal clasificados de clientes que habíamos pagado a otra empresa para digitalizar “de forma segura”.
Externalizado. Olvidado. Enterrado.
La factura decía: “Procesamiento de datos, completado”.
Pero la pregunta seguía ahí: ¿completado por quién, para quién, y bajo qué estándar de cuidado?
EL PORQUÉ
Externalizar ya no es un lujo, es una herramienta de supervivencia. Para los pequeños empresarios en los Países Bajos que hacen malabares con RRHH, impuestos, TI y administración, externalizar se siente como un alivio. Una forma de respirar.
Pero ¿qué pasa cuando el alivio se convierte en abdicación?
La gobernanza no trata solo de lo que controlas, sino también de lo que confías a otros. Y la externalización, cuando no está estructurada éticamente, convierte a las pequeñas empresas en espectadores pasivos dentro de su propia cadena de riesgo.
Desde la nómina hasta el almacenamiento de datos, desde las empresas de limpieza hasta los servidores en la nube, el riesgo no desaparece: solo cambia de dirección.
Y eso tiene consecuencias.
LOS NÚMEROS
- €4.200 millones: gasto anual estimado en externalización por parte de pymes neerlandesas (2023).
- 34% de las pymes en los Países Bajos experimentaron un problema de cumplimiento normativo en los últimos 24 meses debido a errores de terceros.
- Hasta €68.000: coste medio de una infracción del RGPD derivada del procesamiento de datos externalizado (incluyendo costes legales y multas).
- 1 de cada 3: número de microempresas que no pudieron identificar toda la cadena de proveedores utilizada por sus contratistas.
Traducción: cada socio “invisible” que no verificas, suma una línea visible de riesgo.
LO QUE NADIE TE DICE
Externalizar no es delegar. Es una extensión moral.
Nadie te dice que la persona de la limpieza que tiene las llaves de tu oficina también puede acceder a los expedientes de personal sin triturar que dejaste junto a la impresora.
Nadie te dice que el técnico informático que trabaja desde Rumanía está subarrendando tu espacio en el servidor para ahorrar ancho de banda.
Y nadie te dice que cuando se filtran los datos de tus clientes, quien paga la multa eres tú, incluso si “no lo sabías”.
La ley no se preocupa por tu ignorancia.
Se preocupa por tu responsabilidad.
BRÚJULA DE DECISIÓN
Pregúntate hoy mismo:
- ¿Conozco el nombre completo y la entidad legal detrás de cada servicio externalizado que utilizo?
- ¿He definido (por escrito) qué leyes, estándares y valores deben cumplir?
- ¿Qué ocurre si ellos subcontratan a su vez? ¿Está permitido en mi contrato?
- ¿Cuándo fue la última vez que revisé su rendimiento real, y no solo la factura?
- Si algo sale mal, ¿sé quién debe hablar primero, ellos o yo?
Si la respuesta es “no estoy seguro”, no estás solo. Pero sí estás expuesto.
REFLEXIÓN FINAL
En los negocios, como en la vida, la basura que no vemos dice más de nosotros de lo que queremos admitir.
Creemos que estamos comprando eficiencia, pero a menudo compramos silencio.
Creemos que estamos ganando tiempo, pero en realidad estamos renunciando al juicio.
Creemos que externalizar significa “menos de qué preocuparse”.
No es así.
Simplemente significa que has confiado en que otro se preocupe por ti.
Y la confianza, la verdadera confianza, no es ciega.
Es estructurada.
Es verificada.
Y, sobre todo, es asumida.
Externalizar de forma ética no es una cuestión de precio.
Es una cuestión de en quién te conviertes cuando nadie te está mirando.
Co-Creator of Xtroverso | Head of Global GRC @ Zentriq
Paolo Maria Pavan es la mente estructural detrás de Xtroverso, combinando la perspicacia en cumplimiento con la previsión empresarial. Observa los mercados no como un comerciante, sino como un lector de patrones, rastreando comportamientos, riesgos y distorsiones para guiar la transformación ética. Su trabajo desafía las convenciones y recontextualiza la gobernanza como una fuerza para la claridad, la confianza y la evolución.